La muerte de Cecil, el león más emblemático de la reserva de Hwange (Zimbabwe) a manos del estadounidense Walter Palmer, que pagó US$ 50.000 por cazarlo, reavivó la polémica por la falta de protección de los animales salvajes en África.
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“Si bien no carecen de valor ni resolución, los guardias en los parques nacionales de África, por lo general, no tienen la capacitación y el equipo para enfrentar a cazadores furtivos cada vez más sofisticados y militarizados”, dice a “El Mercurio” Johan Bergenas, analista de seguridad del Stimson Center, think tank que investiga esta actividad ilegal.
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